lunes, 28 de junio de 2010

Resumen

Lo que aprendí: La cuarta pared 
Sobre las tablas, en la piel de alguien que no eres tú, con el corazón latiendo a mil por hora y las manos sudorosas derepente llega la tranquilidad.
Ese espacio vacío al que nunca le debes dar la espalda, la cuarta pared, se llena. Te olvidas de todo lo que hay ahí delante, de todo lo que eres y de todo lo que ocurre fuera de esas tablas que pisas. Te olvidas de lamentos, de preocupaciones, te olvidas de todo lo que no tenga que ver con tu papel.
Sientes seguridad en ti mismo, sientes orgullo por lo que haces, nadie puede quitarte ese momento.
Esa cuarta pared no solo existe en el escenario, si no en la vida misma la tenemos todos, para algunos es una delgada sábana blanca que a veces se levanta con el viento, para otros son las murallas de Constantinopla.

Una despedida sin tiempo fijo: Nuestra canción... 




Lo que viene ahora: ....




Y es que cuando el otro medio de cada uno aprende a leer en el alma, se da cuenta del miedo que tenía.
Puede que pareciese saber más de lo que realmente sabía, puede que pareciese ser más capaz de lo que era, puede que intentase ser más social de lo que es, pero el se equivoca como cualquiera.
Aunque algunos errores no son los que parecen y otros que no lo parecen lo son, son errores al final...
¿Y que hacer cuando la solución se parece tanto a la huida del problema? ¿Que camino coger? ¿que camino dejar?....

No hay comentarios: