lunes, 24 de mayo de 2010

Por lo que renuncio, por lo que soy, por nada tambien

Vanagloriándome de logros que solo yo aprecio
en la silla donde jugué por primera vez con el "Doctor".
Ahumando, de la pared, un gran poster indefenso,
que ha contemplado algún que otro esperpento,
borracho de ego, y sin una gota de alcohol.

Por que ya crecí, y me levanté del ataud
en el que yo mismo, un día, ,me encerré.
Soy soldado de míseras desventuras,
soy hombre de paz con fortuna...
¡Soy quien soy, ostia!. Ya lo vereis

Touche

lunes, 17 de mayo de 2010

Delito de Contranatura

Me encontraba un poco aturdida aún por la noticia cuando llegué a la planta 141 del edificio que guarda la sede del Departamento de Mantenimiento y Sostenibilidad Poblacional. Había sido reclamada para el proceso de fertilización humano es decir, iba a tener un hijo.
Tampoco es que eso te haga tremendamente especial ya que tarde o temprano casi todas las mujeres pasaban una o dos veces de su vida por el DMSP;asi que mis nervios eran los típicos nervios de probar algo por primera vez.
Al llegar a planta, una chica de unos veintidós años me condujo hasta una sala de espera donde me encontré incluída en un grupo de unas veinte funcionarias del Estado, trabajadoras como yo vamos.
Recuerdo que comprobaron nuestro historial médico para corroborar que todo seguía en orden y según lo establecido.
Era cierto que todas estábamos algo nerviosas por la experiencia sexual de la que íbamos a tener oportunidad de participar, una experiencia engorrosa pero necesaria para poder mantener la raza humana sin el uso de otras medidas de procreación. Medidas desestimadas por el Partido de la Pureza Humana, nuestro Gran Partido. Durante muchos años recuerdo pensar así.
Nos hicieron pasar a una consulta donde los médicos nos inyectaron excitantes artificiales y un inhibidor de la dopamina, la "hormona de la felicidad". Lo importante era quedarse embarazada y no disfrutar con lo prohibido por ley.
Ahí la vi por primera vez, era una mujer muy normal con el cabello negro y unos ojos azules que quedarían gravados en mi memoria para siempre. Parecía tremendamente frágil mientras el médico le buscaba incesantemente una vena en su fina piel.
Estaba muy asustada y me acerqué a ella con una sonrisa para decirle que todo iba a salir bien y que deseaba que su hijo heredase esos preciosos ojos azules que tenía.
El médico me miró con una cara extraña que no entendí muy bien hasta que unas semanas más tarde me comunicaron que mi inyección del inhibidor estaba defectuosa y que debía de abortar por poner en "peligro la seguridad nacional" además de trasladarme a un puesto solitario y aislado. Fue ese médico el único que me vio sonreír allí dentro, así que supongo que la culpa sería de él.
Nos pasaron a una última sala antes de llevarnos a conocer a nuestra pareja y nos dejaron solas en ella. Una voz robotizada nos indicó que teníamos que desnudarnos y aplicarnos el relajante muscular, que se nos había dado al entrar, por las ingles, los muslos y la cadera. Teníamos terminantemente prohibido ayudarnos en la aplicación de la crema y nos exigieron celeridad en el proceso.
No se explicar lo que sentí al ver a aquella mujer desnuda, pasando sus manos por su blanca piel muy suavemente. Era como si bailaran sobre su cuerpo buscando erizar el vello del mío y despertando en mi un instinto animal e incontrolable que procedía de lo más adentro de mi existencia.
Me sentí contrariada. Suponía que los excitantes podían tener algo que ver pero era algo más. Aparte la vista y busqué indicios en las otras mujeres de que les estaba ocurriendo lo mismo; no los encontré.
Entonces decidí no mirarla... aunque reconozco que de vez en cuando, levantaba la vista hacia ese cuerpo perfecto y me regocijaba en mi... ¿felicidad?
Se encendió la luz roja de la puerta que llevaba a la Sala de Procreación y cada una de nosotras fue acompañada por dos médicos hasta nuestro inseminador.
Los hombres se disponían en dos filas interminables de camillas blancas que les alzaban la pelvis ligeramente más que al resto del cuerpo. Estaban todos desnudos y erectos esperando nuestra llegada.
Al llegar bajaron delante de cada camilla una estructura circular con una pinza en el centro a la cual nos anclarían a cada una.
Los médicos me pusieron en el círculo y ataron mis brazos y mis piernas a los lados. Luego, mientras uno se ocupada de fiajarme la cabeza con una cinta, el otro sujetaba mi cadera con la pinza metálica. Me flexionaron un poco y me pusieron protectores a las rodillas.
Cuando estábamos todas, nos alzaron un poco con la estructura y la inclinaron hasta ponernos paralelas al suelo entonces nos bajaron a todas encima de cada uno de los Inseminadores.
Un médico nos colocó sensores a mi y al hombre mientras el otro facilitaba la penetración inicial.
Lo normal es que el conjunto de excitantes que llevábamos encima más el frenético movimiento al que nos sometía la pinza hiciesen que la experiencia no durase más que un par de minutos; y aunque seguramente no llegué a esa marca,sin duda fueron los momento más largos de mi vida.
La mujer de antes estaba a mi lado enganchada sobre otro hombre por aquel invento y participando en la "Gran Labor De La Procreación". Intenté verla pero mi cabeza fijada no me permitía alcanzarla con la vista.
Ahí enganchada a una máquina, sobre un hombre que no conocía y que sería el padre de un hijo que no me dejarían tener; y ahí, siendo la única mujer de la sala que podía llegar a sentir algo con el acto sexual... no sentí nada.
Solo sentí frustración por que la mujer a la que amaba estaba a mi lado y no podía besarla ni abrazarla ni sentir su piel sobre la mía mientras nos fundíamos con la mirada; y sentí tristeza por amar, amar por primera vez, y amarla sabiendo que no me correspondía. Sentí tristeza por amar a una mujer y darme cuenta de esa forma.
Han pasado diez años desde aquel día y nunca más la volví ver. Ahora, que estoy sola, he dejado de agradecer que me separaran de ella y siento que si alguna vez la viese le declararía lo que siento aun sabiendo que cometería ese delito que se conoce en este aciago mundo como Delito de Contranatura.

martes, 11 de mayo de 2010

Cuentos del Pintor III

"La Absurda Fábula de un Conejo con mucho ego, un Sapo cantautor y un Ñu protestón"

Había una vez un conejo, un sapo y un ñu. Bebían en un pequeño lago el ñu y el conejo mientras el sapo les observaba sobre una roca.
Era un cálido día de verano donde el tiempo transcurría armoniosamente entre el sonido de una suave brisa, el brillo del sol en las aguas del lago, el movimiento de las hojas o la perfectamente peinada cola blanca de un conejo cuando, en un inesperado arrebato de libertad, al sapo se le ocurrió croar.

¡Croac! Añadió el sapo al cuadro que hemos mostrado. ¡Croac! Sonó de nuevo en el valle, y así comenzó un interminable croar y croar que puede llegar a recordar a una larga cadena de flatulencias nacidas de un rebaño de ornitorrincos cuando unos a otros estornudan con su trompa en la parte trasera del ornitorrinco que tienen delante. En fin, todos sabemos que son unos animales muy... indecisos.
Al poco, el ñu miró al sapo, rumiaba unas hierbas de la orilla y espero pacientemente a acabar su bocado para hablar.
-Sapo,¿no ves que lo estropeas?-
El sapo, contrariado, miró de reojo al ñu y después se giró completamente y dijo:
-¿Estropear? A mi solo me apetece croar, ñu- Y el sapo comenzó a croar otra vez más-
El ñu aguantó otra larga cadena de flatulencias más e hizo callar al sapo coceando y golpeándose los cuernos contra un árbol.
-¡Estropeas esta paz! ¡Estropeas el bonito momento creando un caos musical que no nos deja disfrutar!- Gritó colérico el ñu hasta que el sapo calló y miró triste el lago.
-¡Ey! Cornudo amigo- Intervino el conejo por primera vez en esta historia-
-¿A quien llamas cornudo?-
-A ti, ñu-
-¿Poooor?-
-Por que tienes cuernos ñu-
-Ah! vale, es cierto ¿que querías?-
Y después de este leve lapsus de memoria del ñu el conejo se preparó para dar la mítica moraleja que toda buena o mala fábula que se precie guarda escondida en su regazo. Cogió aire y...
-"Recuerda ñu, solo puedes valorar el orden que tienes si permites el suficiente desorden en la vida como para que este orden no se convierta en caos-

El paisaje se calló. Ni un pájaro, ni una hoja, ni el agua cayendo de una cascada a lo lejos... todo se paró".-
Poco a poco volvieron los sonidos del valle despertándose los unos a los otros y el ñu volvió a pacer hierba, el conejo a beber y el sapo a croar; a veces a su tiempo, otras, sin embargo, fuera de compás.

En un pequeño apartamento un pintor pintada el escenario de un valle, una bonita cascada, unos pájaros, un rebaño de ornitorrincos etc... cuando de repente se levantó, abrió la ventana y tiró el cuadro. Enfadado, cogió otro lienzo en blanco y lo puso en el atril mientras refunfuñaba algo así como que iba a pintar seres humanos,que le parecían más fáciles.

lunes, 3 de mayo de 2010

El peso del poder

A lo largo de la historia del hombre, muchos líderes acumularon una enorme cantidad de poder con lo que ello conlleva: la capacidad de elegir el destino vital de muchas personas. Sin embargo a todos el peso de ese poder acabó con ellos tarde o temprano.
Hoy quería hablaros de dos de esos líderes, los dos más poderosos que han existido, por lo menos los dos que han tenido el poder de elegir el destino vital de la totalidad de la población mundial: Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.
Sus mandatos coincidieron en el tiempo, la década de los 80, y aunque estábamos asistiendo a la derrota del bloque soviético los dos bloques alcanzaron en esa época el temeroso y absoluto concepto americano de “Destrucción Total”.
Según ese concepto, el inicio de un ataque nuclear por parte de alguno de los dos países provocaría la destrucción total de los dos y la consecuente quiebra económica del resto de los mercados mundiales, es decir el inicio del fin de la humanidad.
La biografía de Gorbachov nos cuenta como a partir de 1983 mantuvo intensas conversaciones con Regan desde un teléfono que se hizo instalar personalmente en su despacho con línea directa con el despacho Oval. Ese teléfono representaba el enorme miedo que quizás tenían esos dos hombres para esa época.
Finalmente en 1985 Reagan y Gorbachov firmaron el primer tratado de desarme nuclear de la historia por el cual se procedía a la desinstalación de la totalidad de los misiles balísticos de más de 5000 Kilómetros de alcance y el 30 % del arsenal nuclear de cada uno. Era un paso, por lo menos no se alcanzaban el uno al otro desde sus territorios nacionales.
¿Qué impulso a estos dos hombres a firmar el tratado? Supongo que el peso del poder. Por primera vez en la historia dos hombres acumularon el poder de desatar el apocalipsis, dos hombres contemporáneos. Eso fue lo que tenían en común, supongo que hablarían mucho de eso entre ellos ya que no existía nadie más en el mundo que pudiese entender mejor a Gorbachov que Reagan y a Reagan que Gorbachov. Era el peso del poder seguro, ninguno de los dos quería ser el verdugo de la raza humana ni el otro su compinche.
El poder cambia al hombre, casi siempre para mal pero el exceso de poder puede llevar a sacar la humanidad de las personas en algunos casos. Creo que este fue uno y ¡Menos mal!

Nota del autor: En la época actual el tratado de desarme firmado en 1985 sigue vigente pero bajo la amenaza de Rusia de romperlo si EEUU no retira su intención de instalar en Polonia y Hungría elementos de su escudo antimisiles. Por ese motivo me pareció importante dejar de lado mis típicos temas que escribo en el blog y dejar esta pequeña reflexión.