sábado, 9 de mayo de 2009

FUTURE

El salón no era muy grande, lo suficiente para que mi padre pudiera estar cómodo leyendo sus libros o descansando en el sofá. El era muy mayor ya y pasaba largos ratos en internet, viendo el InterTV o leyendo libros. En sus últimos años de vida había pasado una etapa muy mala al poco de morir tu abuela pero poco después centró todos sus esfuerzos en mantener viva su mente y estar lo mejor posible de salud, a veces incluso se excedía intentando hacer cosas que para su edad eran un esfuerzo excesivo. Ese día entendí muy bien a mi padre.
Era una tarde de primavera y hacía muy buen tiempo yo estaba en la cocina recogiendo los utensilios de la comida, recuerdo que era una estupenda tortilla de patatas pero sin sal ya que el abuelo tenía muchos problemas de tensión, cuando le vi mirando las fotos enmarcadas del salón. Pasó primero por la de su boda, luego la foto que tenía conmigo siendo bebe, recuerdo sobretodo la del cadillac rojo y el abuelo y otro amigo muy muy jovenes y con unas melenas impresionantes, o una en la Puerta del Sol en Madrid con otro amigo el día que nos convertimos en una repúblida, o la mas intrigante una foto de la fusión de Google y una empresa multisectorial de un antiguo compañero de piso cuando estuvo en la universidad.Nunca entendí por que le hacía gracia esa foto.
Bueno, vi que le costaba andar y le dije que se sentase, me miró y hecho una sonrisa se sentó y apoyó el bastón entre sus piernas. Encendió el InterTV y busco algo para ver.
Al cabo de un rato me llamó, recuerdo muy bien sus palabras.
- Hija, traeme un vaso de agua y sientate conmigo quiero que veas una cosa -
Fui junto el y me senté a su lado despues de dejarle el vaso de agua en la mesilla que tenía a mano, me dedicó una de sus sonrisas. El abuelo sonreía mucho.
Ya esta, ya esta; dejame respirar hijo, solo me he emocionado y no he podido contener las lágrimas. Sigo:
Yo había leído algo sobre lo que vi con el abuelo ese día en los periódicos digitales y sabía que eso le haría muchísima ilusión por ello además fui yo quien quise ir a comer con el para estar con el en ese momento tan especial:
Los dos mirábamos un el InterTv. Prácticamente todos los canales emitían este acontecimiento ya que iba a revolucionar a toda la sociedad humana. Era el lanzamiento de la primera nave tripulada que podía alcanzar la velocidad de la luz y por lo tanto acercarnos a las estrellas. Estuvimos una hora viendo la tele en silencio, vimos los festejos, las despedidas de los tripulantes y el discurso del presidente de la ONU para el mundo entero, muy emotivo por cierto. Y entonces enfocaron el despegue, mi padre subió el volumen y agarro mi mano.
Le miré y sonreía, así que miré la pantalla y vi como me envolvía el sonido de los motores de la nave y como me apretaba el abuelo mas la mano. Lo miré de refilón y vi que sus ojos estaban llorosos y el sonreía. La nave despegó y se perdió en la atmósfera. Fue maravilloso la verdad, pero derepente dejé de notar presión en mi mano y fue como me di cuenta de que el abuelo se había ido a un lugar más lejos que esa nave.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora entiendo la conversación del otro día. Me ha gustado esto, pero me hace pensar en la cantidad de cosas que nunca llegaremos a ver... Intentaré pasarme de vez en cuando por aquí. Un beso.
Ana