El río fluye, Comentarista. ¿Crees que cuando el río desborda o se seca es para siempre? Te equivocas comentarista, te equivocas si es eso lo que estas pensando. A lo largo de nuestra vida recibimos golpes esperados o inesperados que nos hacen creer que el río se ha secado, o que ha desbordado para siempre, pero no, no es así.
Puede que el golpe haya sido tan fuerte que el río cambie su curso para siempre comentarista, puede que el golpe sea demasiado fuerte para ver a lo lejos esperanza de que vuelva a llover y el río renazca, o el cauce vuelva a donde le corresponde pero vuelve y sigue bañando con sus aguas los campos de las experiencias de tu vida llenos de felicidad, sorpresas… y otros golpes también no lo podemos negar.
Se que has recibido uno de esos golpes, de esos que cambian el curso del río para siempre, que harán que el agua fluya con mucha menos fuerza que antes durante mucho tiempo. Lo se Comentarista, se que cuando leas esto no vas a ver lo que te estoy diciendo, pero espero que cuando pase un poco de tiempo lo vuelvas a leer y te sea más fácil comprenderlo, lo deseo de verdad comentarista, por que creo que te puede ayudar ver las cosas así.
Sabes que estoy aquí para siempre, que puedo ser una de esas personas que lleven en un cubo agua para tu río, poco a poco si, por que tiene que ser así pero puedo llevarte agua.
Por que aunque no hablamos mucho, aunque no nos vemos mucho estoy aquí, por todo lo que hemos vivido juntos, por que me has tratado siempre igual, por que tú estuviste aquí leyendo mis cosas, comentando sobre ellas, entendiéndolas a tu manera y entregándolas a tu alma, y eso me honra y han sido cubitos de agua para mi río. Por que tu más que nadie mereces esta entrada, Comentarista.
Ya lo verás Comentarista el río nunca volverá a ser el mismo, ni a llevar el mismo recorrido, ha quedado marcado por este último golpe para siempre pero no se ha secado, no lo ha hecho, volverá a fluir por esos campos de los que te hablaba antes.
Un beso, Comentarista.
Nuevo pero viejo, diferente pero manteniendo la costumbre, realista y de ficción emocional pero sin imponer la razón
miércoles, 31 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
Ases, rosas, Jekyll y Mr Hyde.
El Sr Escondido reposaba en la silla de una lúgrube cantina de Londres, jugaba con su ás de tréboles entre sus dedos cuando un pétalo de la rosa que llevaba en su solapa se soltó y volo hasta los pies de una señorita...
Libidinosamente pidió sinceras disculpas con el sombrero por el atrevimiento de agacharse a recogerlo. Se alzó delante de la muchacha y escrutó el ambiente del local...
-No tenía por que disculparse, ¿caballero?-
-Soy Mr Hyde... esta noche- Se sorprendió por la puntilla a la frase que dedicó con la serenidad que caracterizaba a su otro él: el Dr Jekyll.
-Para ser el señor escondido no esconde muy bien sus intenciones- dijo la señorita de ojos violetas, pelo rojo y pálida como la muerte misma. Se respiraba un pútrido aroma de tensión situacional en la cantina.
Hyde entró en ira delante de esa mujer, nunca le había pasado. Deseo descuartizarla con un hacha de leñador y tirar sus trozos a la jaula de las hienas del Zoo Real. Hyde, que pasó por ese trance que asustó a tantas mujeres antes, se quedo perplejo un momento.. "que me pasa? ¿que?......."
-Perdóneme señorita, creo que no necesito esconderme más- dijo Jekyll al tiempo que su mano le acercaba a la señorita el as de tréboles, la última carta de la baraja...
La muchacha cogió el obsequio, se levantó altiva y arrancó la rosa de la solapa de Jekyll y la tiró al suelo.
- Ya no la necesitas, te llega con la suerte - y con eso lo cogió del brazo y caminaron juntos hasta la puerta-
Al salir, bajo la luz de la luna llena reflejada en el Támesis Jekyll miró a la chica y le preguntó:
-Por cierto... ¿y tu nombre?-
-Suerte- contestó con una sonrisa en los ojos y una mirada en los labios.
Libidinosamente pidió sinceras disculpas con el sombrero por el atrevimiento de agacharse a recogerlo. Se alzó delante de la muchacha y escrutó el ambiente del local...
-No tenía por que disculparse, ¿caballero?-
-Soy Mr Hyde... esta noche- Se sorprendió por la puntilla a la frase que dedicó con la serenidad que caracterizaba a su otro él: el Dr Jekyll.
-Para ser el señor escondido no esconde muy bien sus intenciones- dijo la señorita de ojos violetas, pelo rojo y pálida como la muerte misma. Se respiraba un pútrido aroma de tensión situacional en la cantina.
Hyde entró en ira delante de esa mujer, nunca le había pasado. Deseo descuartizarla con un hacha de leñador y tirar sus trozos a la jaula de las hienas del Zoo Real. Hyde, que pasó por ese trance que asustó a tantas mujeres antes, se quedo perplejo un momento.. "que me pasa? ¿que?......."
-Perdóneme señorita, creo que no necesito esconderme más- dijo Jekyll al tiempo que su mano le acercaba a la señorita el as de tréboles, la última carta de la baraja...
La muchacha cogió el obsequio, se levantó altiva y arrancó la rosa de la solapa de Jekyll y la tiró al suelo.
- Ya no la necesitas, te llega con la suerte - y con eso lo cogió del brazo y caminaron juntos hasta la puerta-
Al salir, bajo la luz de la luna llena reflejada en el Támesis Jekyll miró a la chica y le preguntó:
-Por cierto... ¿y tu nombre?-
-Suerte- contestó con una sonrisa en los ojos y una mirada en los labios.
lunes, 8 de marzo de 2010
Pero puede que no ocurra
Consejo: Para encontrarle mas sentido a una de las estrofas leer previamente mi entrada del 23 de Mayo del 2009 PAST & PRESENT)
Puede que me equivoque,
que yerre el tiro al blanco.
Puede que yo salga disparado
y acierte de pleno en el error,
pero puede que no ocurra.
Si, voy a saltar una vez más
al Remolino de las Opciones:
a dudar, a pensar, a creer…
Puede que no llegue acertar,
pero puede que no ocurra.
Fría y complicada incertidumbre…
¡Como te odie hasta ahora!
Por que eres la más sincera mujer
y golpeaste duro en mis neuronas.
Puede que no te llegue a amar,
Pero puede que no ocurra.
Es hora de llamar a las armas
a cada habitante de mi Plaza
y salir a la estepa a conquistar.
Ni Past, ni Present solo Future.
Puede que pierda esta batalla,
pero puede que no ocurra.
Así pues, adiós viejos miedos.
Seguid con la timba de mi vida
porque a mi no me apetece jugar,
me voy a comprar una Vocación
Puede que llegue y me estafen,
pero puede que no ocurra.
Puede que esta vez acierte,
que le de de lleno en el blanco.
Puede que salga disparado
y sobrevuele la diana error.
Pero puede que no ocurra.
No, no voy a quedarme aquí,
mirando el fuerte remolino.
Soñando, llorando, deseando…
Puede que tiemble en el trampolín,
pero no saltar no puede ocurrir.
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