lunes, 3 de enero de 2011

Corazones de Hierro, sueños intensos...

·····Sebastopol (15 Moviembre 1948)·····

Durante esta guerra de casi un año, patrullé el Mar Negro junto con el resto de la Flota Insignia de Francia en el crucero ligero Normandie en busca de la maltrecha y obsoleta armada soviética con un solo y claro objetivo, hundirla.


Fue fácil, ni punto de compàración que combatir contra los Kamikazes cerca de Manila, ahí si que nos hicieron mojarnos los cabrones...
Aquella noche decidí salir por la vieja Sebastopol, ocupada por los yankis meses atrás, y tomarme unos cuantos vodkas con mis compañeros de armas.
La celebración era intensa, la soñada paz había llegado y nuestro presidente había anunciado el fin de las Intervenciones de Pacificación... Ja! me reía por mis adentros, ¿ahora que controlamos medio mundo realmente creeis que nuestro presidente no quiere el resto? "Un año y desembarcaremos en Inglaterra" me decía...
Entre el jolgorio victorioso de los franco-americanos, al vigésimos baile, y al tercer vodka la vi, ahí estaban otra vez esos rizos largos y negros ondeando al son de una polka, y ahí estaban esos ojos negros mirándome de nuevo por encima de decenas de cabezas yankees. Era Natascha, una refugiada rusa que nos tenía por sus liberadores a pesar de que nuestra aviación había arrasado Smolensk, su ciudad natal.

"La conocí una noche y me enamoré a la siguiente"

Al acabar su actuación me vendría a buscar y nos iríamos a una de esas casas aristócratas abandonadas por los designios de la guerra y otra noche apasionada con ella, ¿la última antes de regresar a Fracia?... ¡Francia es Sebastopol! pensé y no pude hacer otra cosa que reirme de todo esto.
Pero esa noche ocurrió algo inusual, me tocaron el hombro con una delicadeza conocida, y acariciaron mis rizos como lo habían hecho en Hanoi hacía cuatro años.
Me giré y ahí estaba otra vez sonriendo con picardía y penetrando en mi alma con sus ojos marrones... "Michelle mi último amor ¿que hacía aquí?" fue lo último que me pregunté esa noche.
La sorpresa fue para ambos, ella era enfermera y llegó a Sebastopol desde el frente para irse al día siguiente en la 1ªFlota de Transporte, volvía a Francia.
Hablamos animadamente, me dijo que se iba a casar, que le esperaban en Marsella con un anillo y esa noticia, que debía haberme dolido, solo me apenó. Se casaba con un yankee. ¡Joder Michelle, mereces algo mucho mejor!
Se me subía el alcohol rapidamente, aunque mantenía la compostura, y entonces cuando parecía que comenzaba a controlar la situación.... me rodearon, apareció Natascha y abrió otro frente, pero no estaba sola había un oficial francés con ella.
Todo se volvió muy extraño, no recuerdo que es lo que realmente ocurrió, ni como llegué a esa situación. Solo se que salimos los cuatro a la fría calle y nos dirigimos a la casa aristócrata de turno. Fue entonces cuando noté en Michelle su mirada... si esa mirada de deseo que tanto me había cautivado tiempo atrás.
...El oficial, no recuerdo su nombre, iba del brazo de Natascha, ¿celos que se difuminan entre el alcohol ingerido?...
Más tarde y más oscuro, recuerdo una cama enorme y tres cuerpos desnudos, Natascha estaba lejos en las penumbras del otro lado de las sábanas y Michelle besaba y mordía cada una de mis cicatrices de batalla con fuerza y pasión...
Nos movimos y Michelle le concedió un poco de su veneno a aquel borracho compatriota, invitado casual a mi escena, mientras que Natascha besaba mis labios; que no es lo mismo que besarme a mi... ¿celos? otra vez... no la verdad no; solo que después del pastel la fruta no es buen postre.
Y así en un momento Michelle acercó su boca y dijo: "te quiero solo para mi, esta noche nos lo merecemos"...


Y esa noche nos los merecimos; y al día merecí los lloros de Natascha, por irme con Michelle, por dejarla con el oficial, por demostrarle que Sebastopol nunca será Francia...

Nota del autor: Michelle eres tú y Natascha es aquella ¿o era al revés? Cuando podais claro...

1 comentario:

Ro dijo...

Me gusta cuando te traes historias de terceros sin serlo del todo...