Un buen amanecer de un París inexistente en sus recuerdos.
Un lugar para consolidar el amor y tambien la soledad.
En una mesa a orillas del Sena, suenan partituras de Chopin.
de la abadía de enfrente, escapa dulcemente el replicar.
La pluma escribe sola, por que sola esta la mano que la lleva.
creyendo que existe imaginación en el poso del café.
Me desespero en el pasado de un cigarro negro
y recuerdo lo que un traidor me dijo una vez:
“Has de volver a la manada viejo, o has de huir de ella,
El humo roza el sombrero, el café hace rato se enfrío…
…no te quedes a medio camino, entre la ira y el dolor.”
dos billetes en la mesa, uno a casa, otro… adiós.
Desde el Sur, el hombre del café no lo sabe
Pero un traidor mira desde el verde césped.
Dirección norte, noreste. Busca la decisión.
No creas que no siento, susurra hacia el sol.
2 comentarios:
humm....cuantas cosas pasan por mi aburrida cabeza!
No. No me enfada. Aunque me parece un poco estúpido.
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