lunes, 9 de marzo de 2009

De Reinas y caballos

La vida ha corrido más rápida que mi mente hasta el día de hoy. Realmente es eso lo que he sentido desde que empecé mi periplo particular lejos del nido. No me he perdido mucho, el tiempo lo he usado mal pero también bien en un sentido, quizás vivía en un idílico paraíso en el que todo era bueno y bonito y donde los problemas caían más allá de las montañas. Resultó entonces que poco a poco me fui quedando en la cuneta de la vida, poco a poco me convertía en un despojo humano que moraba en los bordes de las calles de San Yago, poco a poco perdía cada vez más el norte de mi conducta y se movía más el Sur de mis impulsos, poco a poco…
Aun existen ramalazos de esa vida, aún caigo en las cunetas a veces aunque no camino hacia el Sur (aunque reconozco que tiene mucho que ofrecer); también he renunciado a lo bueno de la anterior vida en favor de lo desconocido de esta nueva aventura entre las tinieblas que yo mismo me busqué.
Mañana me pareceré más a ayer que hoy. Hoy espero la noche loca de las lanchas que surcan el purgatorio hasta Ítaca…
Parece que he encontrado un embarcadero dentro de mí, una vieja lancha dispuesta a partir y en la que cabe un grumete para el viaje. Gracias Probador de Rutas por orientarme hacia el embarcadero, gracias.
Hace ya bastante desde que vino el Probador de Rutas, buen tío, mejor elfo. Me señaló el camino y seguí sus pasos un poco; llegue a analizar cada célula de mi piel, cada recuerdo de mi pasado, cada locura de mi vida presente y cada movimiento del caballo del futuro…. ¿Qué encontré? Dolor y traición en el pasado, desesperanza y rutina en el presente y por último que el caballo estaba amenazado, solo podía hacer un movimiento que dejaba en jaque a la Reina… ¡Acabo de encontrar a la reina!-me dije-¡Antes no podía jugar la partida de mi vida!-
Caprichoso destino, la partida acababa de comenzar y pretende este que la gane sin reina.
He perdido peones y solo he comido un alfil, comienzo a estar en ventaja y ahora tengo que perder la reina, ¡con la de pifias que hago cuando no la tengo, como para ganar!
Caprichoso destino…. ¿Tendré tiempo para que un peón llegue al final del tablero?
Debí de jugar al poker.

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