¿Y ahora? Me pregunto cada momento.
El dulce final de la calma que precedió a la tormenta...
Ahora cojo los bártulos de recuerdos y camino.
¿Dónde empiezo? En una gran bifurcación...
El error de terminar algo que nunca has empezado
ya ha tenido su momento en el cielo.
El comienzo de un camino que se encuentra
en cualquier lugar menos el físico.
El intermedio ya ha pasado y las experiencias
pasadas han traído jengibre y caramelos.
Encontrados los dos en sitios distintos,
mientras te sometías a la negación, y yo, frente al viento.
El problema es que quedan pocas lunas llenas
y ya no es propicio encontrarse en ellas...
La conclusión pasa por aprender y desearnos lo mejor,
ya que el corazón cura bien sus heridas, incluso, con salazón.
Porque quizás la eucaristía no sea del todo vana.
Tras pederastas y riquezas encuentras la enseñanza.
Quizás sea esta un remedio vano para la realidad...
Pero seguro que es venda para el rencor.
Porque no tengo que perdonarte a ti ni a nadie
ni tampoco tengo que terminar de exculparme...
Lo importante es aprender de uno mismo,
no sin antes haber sufrido el lento castigo.
Soy más sabio que antes y más necio de lo que pienso
pero algo si he encontrado, aunque aún no se el qué.
Eres un precioso recuerdo en mis pupilas
ojalá tú, algún día, lo puedas volver a ver.