Parejos en un
mundo-sueño.
Seres del devenir,
Habitantes de una
burbuja temporal.
Coloreaste de color
rojo, lo que me negué a pintar.
Tu pequeño día a día
en mis brazos, tu apertura de miras.
No se si al
haberte encontrado, ya te dejé marchar
o si ya al irte, fue
cuando me dejé encontrar.
No importa.
Se que avanzarás y
verás Osas Mayores.
Cielos eternos y
experiencias certeras.
No importa.
Se que cree un
castillo de arena,
con sueños de piedra,
pero no importa.
Se que es el devenir:
Aceptarlo, masticarlo
engullirlo, y digerirlo.
Y me repito en el
proceso:
No importa.
Nos volveremos a
encontrar, ¡seguro!.
Aunque sea en
recuerdos,
un premio será en
verdad.
No importa,
Eso creo.
Lo asiento, lo
cierro, lo poseo.
NO IMPORTA!
NO IMPORTA?
¿PORQUÉ NO IMPORTA.?!
Porque si hay algo
que importa ahora, tocaya de vocal: eres tú.
Porque no puedo
pedirte/me que desplomes tu/mi mundo.
Porque si algo quiero
aprender contigo es a dejar marchar.
Porque te irás, pero
yo me llevaré a la “chica de rojo”.
Por eso no importa,
Olaia.
Así que se feliz, y deja
este poema,
alza tus ojos y sigue
tu camino.
Camina, decide, y
recuerda al equivocarte;
que no importa: aún
hay tiempo.
Y yo? te preguntarás…
Yo me quedo con
Lisboa. (Por ahora.)
Y así se convenció el Pintor, llevaba demasiado tiempo esperando a que algo le hiciese sentir vivo otra vez. Ahora entiende que ya lo tenía, ahora entiende que lo único que necesitaba era un poco de color rojo en aquel cuadro gris. Por tanto, sí importa.